A estas alturas de la sesión, si has comenzado a leer este post es porque te interesa saber más acerca de este fenómeno cada vez más implantado en nuestras vidas. Si es así, ya habrás oído hablar de reputación online, contenidos, crisis y una larga lista de conceptos que son comunes a los ebooks y blogs que leemos a diario para informarnos.
Llevo poco tiempo estudiando (eso sí, de forma muy intensa) las redes sociales y su repercusión e implantación en las pequeñas y medianas empresas en España; más concretamente a las denominadas microempresas, formadas generalmente por una sola persona y ninguno o muy pocos empleados. Las pequeñas empresas son el núcleo más pesado de las empresas españolas y soportan la mayor parte del empleo de este país. En 2011, un 55% de las empresas de España no tenían asalariados y cerca de un 40% tenían de 1 a 9 empleados (es decir, el 95% de las empresas españolas tienen menos de 10 empleados).
Está claro que los entornos de intercambio social, ya sean redes sociales, webs o blogs, se han convertido en el punto de referencia para la gestión de las relaciones entre el Cliente y la Empresa. Pero creo que es importante construir este entorno sobre unos fuertes pilares que no conviertan al #SocialMedia en una nueva burbuja.
Cuando leo acerca de los Community Managers, siempre imagino a mi amigo, el del restaurante de la esquina, intentando descifrar el “plan de marketing”, preocupado por la solución a la “crisis de reputación online” del mes pasado o el “retorno de inversión” que su presencia en las redes ha tenido los últimos seis meses. No se diferencia mucho del dueño de la zapatería, la panadería o el bar de moda del barrio. Todos saben que cada vez es más importante tener presencia en la red; saben que existen las redes sociales. Seguro que tienen una página web o están pensando en tenerla antes que su competencia. Pero lo que no saben, es cómo estos entornos pueden ayudarles a vender más pan, más zapatos o más menús en sus negocios.
Salvo casos aislados, pequeñas empresas de fuerte carácter social, como bares de moda o locales de ocio, con público joven, utilizan las redes para informar acerca de los próximos eventos y en muchas ocasiones, esta gestión retorna en gran cantidad de seguidores y en definitiva, un contacto con su comunidad que influye en la caja al final del día. Pero este contacto se produce en una sola dirección: Empresa > Cliente, y no es más que la evolución de los SMS pero con un Smartphone e Internet.
Si el 95% de las empresas españolas son tan pequeñas, ¿por qué casi todos los análisis en #socialmedia se restringen a la gestión de grandes compañías? Encontrarás infinitas definiciones de lo que es un Community Manager. Todas ellas, probablemente sean correctas. Pero yo creo que el profesional que necesitan estas microempresas está representado por una persona que tenga un perfil mayoritariamente didáctico y social, antes que técnico. Un profesional con conocimientos básicos de comercios cercanos al ciudadano.
El pequeño empresario, el de a pie, tiene que ser una pieza clave en la gestión de su propia comunidad online. Debe interaccionar con sus clientes offline, antes que en la red. Tiene que informar a su comunidad; ésta, tiene que saber que su empresa de confianza se ha subido al carro de las nuevas tecnologías y que tiene perfil en las redes, o página web. El primer entusiasta debe ser el propio empresario y para ello, el Community Manager tiene que transmitirle esa energía, tiene que formar a su cliente. Tiene que trabajar codo con codo con él, explicarle que, a pesar de que no tiene un Smartphone, sus clientes sí lo tienen y lo usan para hablar de muchas cosas con sus contactos; y que él tiene la oportunidad de dirigir esas conversaciones hacia contenido creado de su propia experiencia y sabiduría en el negocio. Tiene que poner él la primera piedra y después, el experto, el CM, usar su barita mágica para hacer funcionar la red.
Ahora bien, la gran diversidad de negocios, los distintos sectores, obligan al CM a gestionar carteras de clientes de muy distinto origen, gustos, ideas, etc. Para ello, debe ser un profesional multidisciplinar y con una mente muy bien amueblada. No es igual manejar campañas para una fiesta en la disco de moda, que charlar con los clientes de un restaurante de comida innovadora o chic.
Por eso, creo que la figura del CM que todos nos vamos a encontrar en los próximos años, será algo parecido a un Ingeniero técnico o superior, con experiencia en la gestión de datos, con conocimientos amplios de informática y una capacidad (generalmente innata) para las relaciones públicas.
Creo, además, que la tarea no es sencilla, ya que la comunidad de seguidores de negocios de pequeña entidad está fuertemente localizada. Por ello, el pequeño empresario no va a confiar su futuro en la red a una empresa que haya conocido a través de su portal web, o que tenga la sede a 1.000 km de su negocio. Va a necesitar asesoramiento en persona, cara a cara. Va a necesitar a un Multi Community Manager que viva a menos de 30 minutos y que conozca su entorno, que hable el mismo idioma y el mismo acento.
Me parecen acertadas las entradas acerca de socialmedia y de cómo debe usarse para mejorar la calidad de las empresas, pero creo que se basan en aquellas compañías situadas en la franja del 5%. ¿Qué pasa con el 95% restante?
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